En el período de la enseñanza media, eres el Che Guevara de tu propia revolución hormonal. Ok, algo natural. Pero el tema se pone retorcido con aquellos adultos que se resisten a dar vuelta la página…
Me explico: desde que el mundo es mundo (bueno, desde un poco después) han existido mitos respecto a los profesores: desde el que se metió con la compañera que iba en 8º básico (pero que estaba bien crecidita para su edad) y que terminó con un "domingo 7” en 4º medio, hasta el profe de biología que se bajaba el cierre en plena clase de anatomía para asegurar a sus “ingenuas” alumnas que era la mejor forma de aprender… Aprehenderlas diría yo.
Por todo esto, sumado la desconfianza que me da la reforma escolar penal (o algo así), me pregunté: ¿habrá alguna historia así en Arica? Salí a reportear y me encontré en un colegio X-XX con la historia del “Profe Hentai”.
Físico de profesión, caliente por vocación, este pedagogo es conocido por su particular comportamiento frente a sus “niñitas”: las deja entrar y salir de clases cuando se les antoja, les otorga varios puntos base en las pruebas y les simpatiza a la fuerza con sonrisitas patéticas. Pero hay un hecho que lo corona de una como “viejo verde” o “califa” sin reparos: su adicción nunca revelada (hasta hoy) hacia el “hentai”, el tipo de cómic japonés preferido por los “otakus” con pelo en las manos…
La adicción de este profe sólo era saciada por uno de sus alumnos, capaz de dibujar a ojos cerrados a las musas del mundo animé (onda: Mimei, Bulma, Candy… etc.) tal y como Dios las trajo al mundo. Este alumno, al cual vamos a llamar “Gokú”, tenía un gran talento, el cual fue pulido y explotado por este profe discípulo de Einstein, cuya calentura era más que relativa. El gran-secreto era que “Gokú” le dibujaba historietas eróticas de mediana calidad a nuestro Físico Profe Hentai, en hojas pegoteadas quien sabe por qué… “Gokú” le hacía “el favor” al profe previo pago de décimas en las pruebas… Y claro, la eterna amenaza de denunciarlo a “Sintacto”, “Informe Esencial”, “Hola Andrea” o, en el mejor de los casos, al matinal de Canal V “A Media Mañana”…
Hoy, “Gokú” vive a las afueras de la ciudad, en donde lleva una vida ligada al dibujo triple X de jeroglíficos. Por otra parte, el profe sigue ejerciendo en aquel liceo X, donde su adicción Hentai es un secreto a voces…
Es así como el “Profe Hentai” vive con las orejas coloradas sin sospechar el porqué del cuchicheo a sus espaldas… Sin embargo, su hijo (alumno del mismo establecimiento) debe lidiar con el peso que significa ser pupilo del “Profe Hentai”.
¿El psicopateo será hereditario? Sólo el tiempo lo dirá…
Por Oximental.
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